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¿POR QUÉ NOS SORPRENDE NUESTRA PROPIA VOZ CUANDO LA OÍMOS?


Solemos sorprendernos y, a veces incluso, nos llega a causar un cierto rechazo, la primera vez que escuchamos nuestra voz al oírnos en una grabación. Nos preguntamos cómo es posible que sea nuestra voz la misma que estamos oyendo y que, si a nosotros nos causa esa sensación….¿les causará esa sensación a los demás? Pues si, la voz es la nuestra….y los demás nos oyen exactamente así. 

 

Todo tiene una explicación: Nuestra voz nos  suena de forma diferente porque los sonidos que emitimos nos llegan de dos formas. Por un lado nos llegan a través del aire, que es como escuchamos a los demás. Los sonidos que el aire transmite son conducidos a través del canal auditivo externo, el tímpano y el oído medio hasta la cóclea, una espiral llena de liquido que se encuentra en el oído interno.

 

Por el otro, el sonido se transmite también a través de los huesos de la mandíbula y el cráneo. Es decir, el sonido transmitido por vía ósea alcanza la cóclea directamente, a través de los tejidos de la cabeza.

La mezcla de los dos (el aire al hablar y nuestros huesos) hace que nuestra voz siempre nos suene más grave y potente. Pues bien, al oírnos en una grabación, es como si le quitáramos ese refuerzo de graves. Nos han quitado nuestra voz "normal” y la que oímos no nos es familiar. 

 

Grabar nuestra voz es una forma de escucharla tal y como les llega a los demás, pero hay una forma más sencilla de escucharnos sin distorsión y en directo. Para ello podemos utlizar dos cartones grandes y apretarlos contra las mejillas y el lateral de la cabeza, delante de las orejas. De esta forma evitamos que el sonido rebote y se transmita por los huesos de la mandíbula. En su lugar debe rodear los cartones que hemos puesto y así entra de manera limpia a nuestros oídos.

 

También podemos experimentar el efecto inverso taponándonos los oídos, de esta manera sólo oiremos las vibraciones conducidas por los huesos y no el sonido que transmite el aire exterior.

Tenemos que decir, también, que algunas personas sufren problemas del oído interno, intensificando tanto la sensibilidad al componente de transmisión interna, que el sonido de su propia respiración, incluso oír el movimiento de sus ojos en las órbitas, puede resultarles terrible. Por otro lado y sin querer entrar en materia psicológica, el haberse oído de una forma única toda la vida, en algunos individuos ha hecho que se identificación con ese sonido de tal manera que ha formado parte de la creación de su personalidad, de manera que ver que esa nueva voz “descubierta” nos causa rechazo, puede ocasionar inseguridad al proyectar ese rechazo en la forma en que los demás nos escuchan.  

 

En cualquier caso, una cosa es cierta: La Voz, junto con los ojos, es, también el espejo del alma, por lo que el estado emocional es vital para tener una voz en un estado u otro. Por suerte, existe la preparación y un constante aprendizaje para disimular, con profesionalidad, un día torcido y dar lo máximo de nuestra voz a nivel laboral sin que se note. De nuevo, la Formación es imprescindible. 

 

Equipo de Aula 51

 

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